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Historias.


* Ve en pos de tus sue�o
* Cubriendo todas las bases
* Fuente desconocida
* El amor y el taxista
* Hay grandeza a todo tu alrededor; haz uso de ella
* Lo que eres es tan importante como lo que haces
* La tiendita del cielo
* La carta
* El amor verdadero
* El amor y la locura
* Ese �ngel
* La mu�eca y la rosa blanca
* Amistad


Ve en pos de tu sue�o


Tengo un amigo llamado Monty Roberts que tiene un rancho de caballos en San Isidro. Me ha permitido usar su casa para espect�culos de recaudaci�n de fodos para j�venes en programas de riesgo. La �ltima vez que estuve all� me present� dicendo: "Quiero decirles por qu� permito que Jack use mi casa. Todo se remonta a un relato acerca de un joven que era el hijo de un entrenador de caballos ambulante que iba de establo en establo, de pista de carreras en pista de carreras, de granja en granja y de rancho en rancho, entrenando caballos. Como resultado de eso, los estudios de preparatoria del muchacho se interrump�an cont�nuamente. En su �ltimo a�o de preparatoria, se le pidi� que escribiera una composici�n acerca de lo que quer�a ser y hacer cuando creciera. "Esa noche escribi� una composici�n de siete p�ginas, en la que describ�a su objetivo de alg�n d�a tener un rancho de caballos. Escribi� acerca de su sue�o con gran detalle e incluso dibuj� un diagrama de un rancho de 80 hect�reas, donde mostraba la ubicaci�n de todas las construcciones, los establos y la pista. Luego dibuj� un plano detallado para una casa de 3,700 metros cuadrados que estar�a en el so�ado rancho de 80 hect�reas. "Empe�� gran parte de su coraz�n en el proyecto y al d�a siguiente se lo entreg� a su maestro. Dos d�as despu�s recibi� su composici�n de vuelta. En la primera hoja hab�a un ggran cinco rojo con una nota que dec�a: 'Ven a verme despu�s de clase'. El muchacho del sue�o fue a ver al maestro despu�s de la clase y le pregunt�: '�Porqu� me puso un cinco?'. "El maestro dijo:'es un sue�o irreal para un muchacho como t�. No tienes dinero. Vienes de una familia errante. no tienes recursos para tener un rancho de caballos se necesita mucho dinero. Tienes que comprar la tierra. tienes que pagar las yeguas originales para la crianza y despu�s tendr�s que pagar grandes cuotas por los sementales. no hay manera de que puedas lograrlo.' "Y el maestro a�adi�: 'Si vuelves a escribir esta composici�n con un objetivo m�s realista, considerar� tu calificaci�n.' "El muchacho se fue a su casa y pens� largo y tendido sobre el asunto. Le pregunt� a su padre qu� deber�a hacer. Su padre aconsej�:'Mira, hijo, t� tienes que tomar tu propia decisi�n acerca de esto. Sin embrago, creo que es una decisi�n muy importante para ti.' "Finalmente, despu�s de darle vueltas durante una semana, el muchacho entreg� lamisma composici�n, sin haberle hecho ning�n cambio. Declar�: 'Usted qu�dese con el cinco y yo me quedar� con mi sue�o.�" Entonces Monty volte� hacia la congregaci�n y dijo: "Les cuento esta historia porque estan sentados en mi casa de 3,700 metros cuadrados en medio de mi rancho de caballos de 80 hect�reas. Todav�a tengo esa composici�n escolar enmarcada encima de la chimenea." "La mejor parte de la historia es que hace dos veranos, ese mismo maestro trajo a treinta muchachos a acampar a mi rancho durante una semana. Cuando el maestro se iba, dijo: "�Mira, Monty, ahora puedo decirte esto. Cuando fui tu maestro era una especie de ladr� de sue�os. Durante esos a�os rob� los sue�os de muchos muchachos. Afortunadamente tuviste el suficiente esp�ritu para no renunciar al tuyo.'"

Cubriendo todas las bases


Un ni�o fue o�do por casualidad hablando solo mientras caminaba a zancadas por su patio trasero, con la cachucha de beisbol puesta y cargando la bola y el bate.
-Soy el mejor jugador de beisbol del mundo -dijo con orgullo. Luego arroj� la pelota al aire, bate� y fall�. Imp�vido, recogi� labola, la lanz� al aire y murmur� para sus adentros:
-�Soy el mejor jugador que haya habido jam�s!. De nuevo trat� de batear la bola, y de nuevo fall�. Hizo un pausa para examinar cuidadosamente el bate y la pelota. Luego lanz� la pelota al aire una vez m� y afirm�:
-�Soy el mejor jugador de beisbol que jam�s haya existido! Blandi� el bate y de nuevo fall� la bola.
-�Guau! -exclam�-. �Qu� buen lanzador!

Fuente desconocida


Un ni�o peque�o estaba haciendo un dibujo y su maestra le coment�:
-Es un dibujo interesante. H�blame acerca de �l.
-Es un retrato de Dios.
-Pero nadie sabe que apariencia tiene Dios.
-Lo sabr�n cuando termine

El amor y el taxista


Estaba en Nueva York el otro d�a y andaba con un amigo en un taxi. Cuando bajamos, mi amigo le dijo al conductor:
-Gracias por traernos, Manej� espl�ndidamente.
El conductor del taxi se qued� pasmado por un segundo. Luego dijo: -�Se quiere pasar de listo o qu�?
-No, estimado se�or, y no le estoy tomando el pelo. Admiro la manera en como mantiene la calma en el tr�fico pesado.
-No me diga -dijo el conductor y se fue.
-�De qu� se trata todo esto? -pregunt�.
-Estoy intentando traer el amor de vuelta a Nueva York, -replic�-. Creo que es lo �nico que puede salvar a la ciudad.
-�C�mo puede un s�lo hombre salvar a Nueva York?
-No es un solo hombre. Creo que acabo de marcar el d�a de ese taxista. Sup�n que tenga 20 pasajeros. �l va a ser amable con esos 20 pasajeros porque alguien fue amable con �l. A su vez, esos pasajeros ser�n m�s gentiles con sus empleados, tenderos o meseros, e incluso, con sus propias familias. A la larga, la benevolencia podr�a extenderse hasta por lo menos mil personas. Ya no suena tan mal, �verdad?.
-Pero est�s contando con que ese taxista pase tu benevolencia a otros.
-No estoy contando con eso -asegur� mi amigo-. Estoy consciente de que el sistema no es infalible, as� que podr�a tratar con diez personas diferentes el d�a de hoy. Si de diez, puedo hacer felices a tres, entonces a la larga puedo influir indirectamente sobre las actitudes de tres mil personas.
-En teor�a suena bien -reconoc�-, pero no estoy seguro de que funcione en la pr�ctica.
-No se pierde nada si no funciona. No perd� nada de tiempo en decirle a ese hombre qu hab�a manejado bien. No recibi� ni m�s propina ni menos propina. Si le entr� por un o�do y le sali� por el otro, �qu� importa?. Ma�ana habr� otro taxista a quien podr� intentar hacer feliz.
-Est�s un poco chiflado -dije.
-Eso demuestra lo c�nico que te has vuelto. He hecho un estudio sobre esto. Parece que lo que le est� haciendo falta a nuestros empleados postales, aparte de dinero, por supesto, es que nadie le dice a las personas que laboran para la oficina de correos qu� buen trabajo est�n haciendo.
-Pero no est�n haciendo un buen trabajo.
-No est�n haciendo un buen trabajo porque sienten que a nadie le importa si lo hacen o no. �Porqu� nadie habr�a de decirles a ellos una palabra amable?.
Est�bamos caminando a lado de una estructura en construcci�n y pasamos frente a cinco alba�iles que estaban almorzando. Mi amigo se detuvo.
-Es un trabajo magn�fico ese que han hecho. Debe ser una ocupaci�n dif�cil y peligrosa.
Los alba�iles lo miraron con desconfianza.
-�Cu�ndo estar� terminado?
-En junio -gru�� un hombre.
-Ah, de veras que es impresionante. Todos ustedes han de estar muy orgullosos.
Nos marchamos. Le coment�:
Desde la pel�cula "El hombre de La Mancha", no hab�a visto nadie como t�.
-Cuando esos hombres digieran mis palabras, se sentir�n mejor gracias a eso. La ciudad se beneficiar� de su felicidad de alguna manera. -�Pero no puedes hacer todo esto t� solo! -objet�-. Eres un solo hombre.
-Lo m�s importante es no desalentarse. Hacer que la gente de la ciudad vuelva a ser amable no es una tarea f�cil, pero si puedo reclutar a otras personas para mi campa�a...
-Acabas de cerrarle el ojo a una mujer sin atractivo -le se�al�. -Ya lo s� -respondi�-. Y si es una maestra, a su clase le espera un d�a fant�stico.

Art Buchwald

Hay grandeza a todo tu alrededor;haz uso de ella


Hay muchas personas que podr�an ser campeones ol�mpicos, vencedores que nunca han hecho el intento. Estimar�a que cinco millones de personas podr�an haberme derrotado en el salto con garrocha en lo a�os en que yo gan�, por lo menos cinco millones. Hombres m�s fuertes, corpulentos y veloces que yo podr�an haberlo hecho, pero nunca levantaron una garrocha, nunca hicieron el m�s m�nimo esfuerzo por arrancar sus piernas del suelo para intentar pasar por encima de la barra.
La grandeza est� a todo tu alrededor. Es f�cil ser grande porque la gente grande te ayuda a serlo. Lo que me encanta de todas las convenciones a las que asisto es que las personas m�s grandes de los negocios vendr�n y har� a todos part�cipes de sus ideas, sus m�todos y sus t�cnicas. He visto a los m�s grandes vendedores mostrarse accesible con los vendedores m�s j�venes y ense�arles exactamente c�mo lo lograron. Ellos no lo ocultan. He descuebierto que tambi�n es as� en el mundo de los deportes.
Jam�s olvidar� la �poca en que estaba tratando de superar la marca de Dutch Warmer Dam. Yo estaba como treinta cent�metros por debajo de su marca, as� que le habl� por tel�fono y le dije:
-Dutch, �me puedes ayudar? Parezco haberme estabilizado. No puedo llegar m�s alto.
-Claro, Bob -dijo �l- ven a verme y te dir� todo lo que s�. Pas� tres d�as con el maestro, el mejor saltador de garrocha del mundo. Durante tres d�as, Dutch me transmiti� todo lo que hab�a visto. Hab�a cosas que estaba yo haciendo mal y �l las corrigi�. En resumen, mejor� mi salto 20 cent�metros. Ese gran tipo me dio lo mejor que ten�a. He descubierto que los campeones deportivos hacen esto voluntariamente tan s�lo para ayudar a que uno tambi�n se vuelva grande.
John Wooden , el gran entrenador de basketball de la Universidad de California en Los �ngeles, tiene la idea de que todos los d�as tiene que ayudar a alguien que nunca pueda corresponderle. �sa es su obligaci�n. Cuando George Allen estaba en la universidad trabajando en su tesis de maestr�a acerca de las funciones de jugadores de defensa e informadores del f�bol americano, escribi� una encuesta de treinta p�ginas y la envi� a los grandes entrenadores de Estados Unidos. Ochenta y cinco por ciento la respondieron de principio a fin.
Las personas grandes comparten lo que saben, lo cual hizo que George Allen se co nvirtiera en uno de los mejores entrenadores de f�tbol del mundo. Las personas grandes participan sus secretos. B�squelas, ll�meles por tel�fono o compre sus libros. Vaya donde est�n, ac�rquese a ellas, h�bleles. Es f�cil ser grande cuando se est� cerca de gente grande.

Bob Richards
Atleta ol�mpico

Lo que eres es tan importante como lo que haces


Era una tarde de s�bado soleada en Oklahoma City. Mi amigo Bobby Lewis, un orgulloso padre, llevaba a sus hijos a jugar golfito. se acerc� al muchacho de la taquilla y pregunt�:
-�Cu�nto cuesta la entrada?.
El j�ven respondi�:
-Tres d�lares por usted y tres d�lares por cualquier ni�o mayor de seis a�os. Los de seis para abajo entran gratis. �Cu�ntos a�os tienen?.
-El abogado tiene tres y el doctor tiene siete, as� que supongo que le debo seis d�lares- contest� Bobby.
El taquillero dijo:
-Oiga, se�or, �Se acaba de sacar la loter�a o algo as�?. podr�a haberse ahorrado tres d�lares. Me podr�a haber dicho que el mayor ten�a seis; yo no habr�a notado la diferencia.
-Si, puede ser, pero los ni�os si habr�an notado la diferencia -replic� Bobby.
Como dijo Ralph Waldo Emerson, "quien eres habla tan fuerte que no puedo o�r lo que dices". En los tiempos que nos ponen a prueba, cuando la �tica es m�s importante que nunca, aseg�rate de ser un buen ejemplo para toda la gente con la que trabajas y vives.

Patricia Fripp

La tiendita del cielo


Hace mucho tiempo caminaba por el camino de la vida.
Un d�a vi un letrero que dec�a: "LA TIENDA DEL CIELO", me fu� acercando y la puerta se fue abriendo...
Cuando me di cuenta, ya estaba adentro de ella. Vi muchos �ngeles, uno me dio una canasta y me dijo:
"Hijo m�o, compra con cuidado..."
-Todo lo que un cristiano necesita estaba en aquella tienda -
Y agreg� el �ngel: "
lo que no te puedes llevar ahora, lo podr�s llevar despu�s..."
Primero compre PACIENCIA, AMOR estaba en la misma fila, mas abajo hab�a COMPRENSI�N, eso se necesita donde quiera que uno va; compr� dos cajas de SABIDUR�A y dos bolsas repletas de FE y no me olvid� del ESP�RITU SANTO, Como olvidarme, si estaba donde quiera!
Compr� tambi�n FUERZA y CORAJE para ayudarme con esta carrera que es la vida.
Ya se me llenaba la canasta; cuando record� que necesitaba GRACIA y no pod�a olvidar LA SALVACI�N, pues era GRATIS!
Siendo as�, trat� de tomar bastante para salvarme a mi y para salvarte a ti!
Camin� hacia la salida para pagar lo que deb�a, pues cre� que ten�a todo lo que necesitaba para HACER LA VOLUNTAD DE MI PADRE; pero cuando caminaba hacia el cajero vi a la O RACI�N y tuve que tambi �n ponerla en mi canasta, porque sabia que cuando saliera da la tienda... el PECADO me iba a estar esperando.
Hab�a PAZ y mucha FELICIDAD! Estas estaban en el �ltimo estante, CANCI�NY ALABANZA colgaban del techo y arranque una de cada una para ti.
Llegu� por fin con el �ngel cajero y le pregunt�:
�Cu�nto le debo? �l sonri� y me respondi�:
"Lleva tu canasta donde quiera que vayas... " Otra vez le pregunt�:
"�Pero cu�nto debo?" El otra vez sonri� y me respondi�:
"HIJO M�O, JES�S PAGO TU DEUDA... HACE MUCHO TIEMPO!"

La carta


Ruth fu� a su buz�n de correo y s�lo hab�a una carta.
Ella la tom� y la mir� antes de abrirla, y noto que no ten�a estampillas ni sello del correo. S�lo su nombre y direcci�n.
Ella ley�:
Querida Ruth: "Voy a estar en tu barrio el s�bado en la tarde y quisiera verte. Te quiere siempre, Jesus"
Sus manos temblaban mientras colocaba la carta en la mesa.
�Porqu� Dios querr� visitarme si no soy nadie especial?
Tambi�n record� que no tenia nada que ofrecerle, pensando en eso, ella record� su alacena vac�a.
"Oh, no tengo nada que ofrecerle. Tengo que ir al supermercado y comprar algo para la cena"
Ella tom� su cartera que conten�a B/.5.40.
"Bueno, puedo comprar pan y embutidos por lo menos"
Se puso el abrigo y corri� a la puerta. Compr� un molde de pan franc�s, media libra de jam�n de pavo y un cart�n de leche lo que le dejo con tan solo doce centavos hasta el lunes.
Se sent�a bien a medida que se acercaba a su casa con su humilde compra bajo el brazo.
"Senorita, por favor, puede ayudarnos?"
Ruth hab�a estado tan sumergida en sus planes para la cena que no hab�a notado dos figuras acurrucadas en la acera. Un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos .
"Mire se�orita, no tengo trabajo y mi esposa y yo hemos estado viviendo en las calles, nos estamos congelando y tenemos mucha hambre y si usted nos pudiera ayudar se lo agradecer�amos mucho".
Ruth los mir�. Ellos estaban sucios y mal olientes y pens� que si ellos en verdad quisieran trabajan ya habr�an conseguido algo.
"Se�or, me gustar�a ayudarlos, pero soy pobre tambi�n. Todo lo que tengo es un poco de pan y jam�n, y tendr� un invitado especial a cenar esta noche y pensaba darle esto de comer."
"Esta bien, comprendo. Gracias de todas maneras. El hombre puso su brazo sobre los hombros de la mujer y se fueron rumbo al callej�n.
Ella los miraba alejarse y sinti� mucho dolor en su coraz�n.
"Se�or espere".
La pareja se detuvo, mientras ellas corr�a hasta ellos.
"Por que no toman esta comida, puedo servirle otra cosa a mi invitado", dijo ella mientras le entregada la bolsa del supermercado.
"Gracias. Muchas gracias se�orita."
"Si, Gracias" Le dijo la mujer y Ruth pudo ver que estaba temblando de fr�o.
"Sabe, tengo otro abrigo en asa, tome �ste", le dijo mientras se lo pon�a sobre los hombros.
Ella regreso a casa sonriendo y sin su abrigo ni comida que ofrecer a su invitado.
Se estaba desanimando a medida que se acercaba a la puerta de su casa, pensando que no tenia nada que ofrecer al Se�or.
Cuando meti� la llave en la cerradura not� otro sobre en su buz�n.
"Que raro. Usualmente, el cartero no viene dos veces el mismo d�a". Ella tom� el sobre y lo abri�:
Querida Ruth:
Fue muy agradable verte de nuevo. Gracias por la comida y gracias tambi�n por el hermoso abrigo.
Te quiere siempre, Jes�s.

El amor verdadero


Ser� que puedes venir un momento? - dijo ella.
- Si claro ya voy- dijo Andr�s, y colgando el tel�fono se dirigi� a su casa.
Mientras Andr�s se dirig�a a casa de �ngela, "�L" empezaba a sentirse mal, empezaba a sentir algo que lo preocupaba, y no era para menos, cuando Andr�s lleg� y toc� la puerta, la cara de Angela no era la misma de siempre, lo invit� a pasar y se sent� frente a �l, la conversaci�n que fu� surgiendo entre ellos poco a poco llevaba hacia ese terrible destino, �ngela dec�a que la relaci�n ya no era la misma y Andr�s as� lo sent�a, pero "�L" sent�a que eso no era lo peor, y as� fu�, pronto �ngela le dijo que quer�a terminar la relaci�n, Andr�s dijo que si, que el hab�a pensado lo mismo y en ese momento "�L" muri�.
"�L" era un amor, un amor como cualquier otro, que cuando muri�, al igual que todos los amores, fu� al cielo, al cielo de los amores y al llegar all�, fue recibido por el amor de la porter�a que le pregunto ciertos datos, un poco extra�ado le dijo que el no ten�a nada que estar haciendo por esos lados, pero que sin embargo, siguiera y diera unas vueltecitas mientras el averiguaba que hab�a pasado.
Y as� fu�, el amor entro y empez� a caminar por el cielo, pero pronto, pronto se dio cuenta que todos los amores ten�an un grupo definido y ten�an su grupo de amigos iguales, el empez� a pensar que tipo de amor ser�a.
Al principio crey� que iba a ser sencillo, pero poco a poco empez� a ver grupos cada vez mas distintos en los que el no se sent�a bien, as� que acerc�ndose al primer grupo, un grupo de ni�os que jugaban alegres, les pregunt�:
"�Saben ustedes de casualidad, que tipo de amor soy yo?", uno de ellos, con esa sonrisa de ni�o precoz se le acerco y le dijo con una voz muy tierna:
" No, pero solo podemos decirte que nosotros somos los amores infantiles", el empez� a recordar que en un principio el fue un amor infantil, pero poco a poco creci� y le pareci� il�gico que ahora que estaba muerto tendr�a que ser considerado de nuevo un amor infantil, as� que con una sonrisa se despidi� del ni�o.
Sigui� caminando el amor por el cielo cuando encontr� un autob�s que venia recorriendo el cielo, como ya estaba cansado se subi� en el y al ver a cantidades de amores viajando en el, les dijo:
"perd�n, de casualidad no saben ustedes que tipo de amor soy yo?"
Uno de los amores que iba en el autob�s lo mir� y le dijo:
"no, solo te puedo decir que nosotros somos los amores pasajeros, aquellos que pasamos sin dejar huella".
Triste porque no pod�a encontrar su identidad el amor, sigui� caminando, se encontr� con un grupo de amores, de apariencia griega, con unas grandes batas y pensativos, el temeroso de interrumpirlos se acerco y de nuevo les pregunto que si sab�an ellos que clase de amor era �l, pero uno de ellos se volte� lo mir� y le dijo:
"nosotros solo sabemos que somos los amores plat�nicos".
Siguiendo con su camino, se encontr� con una serie de amores que miraban la pantalla de una computadora muy peque�o, este dec�a algo as� como:
"y esta es tu misi�n, si decides aceptarla, este mensaje se destruir� en 5 4 3 2 1", al amor no le fue dif�cil comprender que estos eran los amores imposibles y que �l, no hab�a sido un amor imposible.
Caminando ya sin querer preguntarle a nadie, se encontr� con un anciano que estaba sentado solo bajo un �rbol, "perdido?", le dijo �l, y el amor se di� vuelta para decirle:
�si!, lo que pasa es que no se quien soy, me encuentro dando una vuelta porque resulta que estoy aqu� por error, quien sabe que habr� pasado, y mientras tanto trato de buscar mi identidad, pero no la encuentro y eso me preocupa, el anciano dejo escapar una breve sonrisa, y le dijo:
�De casualidad no te has sentido identificado con todos y a la vez sin ser parte de ninguno?
Si!, eso es exactamente lo que me pasa, dijo el amor, ya un poco mas feliz, porque parec�a ser que el anciano lo entend�a.
-Mmm, ya veo, sabes?, hace mucho no encontraba alguien como t�, o alguien como yo, es que es algo muy raro, tu estas todav�a muy joven y tal vez por eso te confundes, yo ya llevo muchos a�os y aunque la pareja que me di� vida ya falleci�, cada vez que alguien me recuerda, estoy aqu� de vacaciones, porque realmente no estoy muerto.
�C�mo as�? �Perd�n!, pero realmente no entiendo, dijo el amor, usted dice que yo soy como usted? Que me quiere decir?.
En ese momento, una voz con mucha autoridad le dijo al amor que lo necesitaba ya en la entrada del cielo, este intento quedarse haci�ndole preguntas al anciano, pero en ese momento una fuerza divina lo transport� hacia la entrada, ah� estaba el guardi�n del cielo de los amores, dici�ndole que si, que efectivamente el no estaba muerto, que hab�a quedado en un estado de shock por el golpe tan duro.
En ese momento Andr�s llamo a �ngela y le dijo que no pod�a vivir sin ella, que ese tiempo s�lo le hab�a servido solo para saber y confirmar cuanto la amaba, Angela le dijo que sent�a lo mismo y "�L" se empez� a sentir vivo de nuevo, bajo del cielo a la tierra, volvi� a vivir y volvi� a sentirse feliz.
El anciano del cielo no se quedo triste, sab�a que lo volver�a a ver, estaba un poco extra�ando de que un amor de su clase fuera tan joven, el pens� que ya no exist�an, pero bueno, estaba equivocado, pues lo hab�a visto.
Lo que el joven amor no sabe y tal vez no sepa en muchos, pero muchos a�os es que el pertenece a esa raza �nica, no es parte de ning�n amor, pero a la vez es parte de todos, un amor que nunca muere, un amor que sufre y llora pero siempre sale adelante, lo que el anciano no le alcanzo a decir es que "�l", era el amor verdadero.

El amor y la locura


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el Aburrimiento hab�a bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca les propuso:
-Vamos a jugar a los escondidos!
La intriga levant� la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le pregunt�:
-�A los escondidos?, y �como es eso?
-Es un juego, explic� la Locura, - en �l que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un mill�n, mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupar� mi lugar para continuar el juego.
El Entusiasmo bail� entusiasmado, secundado por la Euforia.
La Alegr�a dio tantos saltos que termin� por convencer a la Duda, e incluso a la Apat�a, a la que nunca le interesaba nada.
Pero no todos quisieron participar. La Verdad prefiri� no esconderse, �para qu�?, si al final siempre la hallaban,, y la Soberbia opin� que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella), y la Cobard�a prefiri� no arriesgarse.
Uno, dos, tres.... -Comenz� a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre tan perezosa se dej� caer tras la primera piedra del camino. La Fe sub�o al cielo y la Envidia se escond�o tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo hab�a logrado subir a la copa del �rbol m�s alto. La Generosidad casi no alcanza a esconderse, cada sitio que hallaba le parec�a maravilloso para alguno de sus amigos.
_ Qu� si un lago cristalino?, ideal para la Belleza.
-Qu� si una rendija en un �rbol? perfecto para la Timidez, Qu� si el vuelo de una mariposa? Lo mejor para la Voluptuosidad, Qu� si una r�faga de viento? magn�fico para la Libertad. As�, termin� por acurrucarse en un rayito de sol.
El Ego�smo, en cambio, encontr� un sitio muy bueno desde el principio: aireado, c�modo, pero solo para �l. La Mentira se escondi� en el fondo de los oc�anos (mentira, en realidad se escondi� detr�s del arco iris), y la Pasi�n y el Deseo en el centro de los volcanes.. El Olvido...., se me olvid� d�nde se escondi� el Olvido, pero eso no es lo m�s importante.
Cuando la Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve, el Amor a�n no hab�a encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un mill�n cont� la Locura y comenz� a buscar. La primera en fue la Pereza, a solo tres pasos detr�s de una piedra. Despu�s se escuch� a la Fe, discutiendo con Dios sobre Teolog�a, y a la Pasi�n y al Deseo los sinti� vibrar en los volcanes.
En un descuido encontr� a la Envidia y claro, pudo deducir d�nde estaba el Triunfo. Al Ego�smo no tuvo ni que buscarlo, �l solo sali� disparado de su escondite, que hab�a resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sinti� sed, y al acercarse al lago descubri� a la Belleza, y con la Duda result� m�s f�cil todav�a, pues la encontr� sentada en una cerca sin decidir a�n en qu� lado esconderse.
As� fue encontrando a todos. al Talento, entre la hierba f resca. A la Angustia, en una oscura cueva. A la Mentira, detr� s del arco iris (mentira en el fondo del mar). Hasta el Olvido...se le olvid� que ya se le hab�a olvidado que estaba jugando a los escondidos!
Pero, solo el Amor no aparec�a por ning�n sitio.
La Locura busc� detr�s de cada �rbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las monta�as, y cuando estaba por darse por vencida, divis� un rosal y pens�:
-El Amor, como siempre tan cursi, seguro se escondi� entre las rosas.....
Tom� una horquilla y comenz� a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuch�.
Las espinas hab�an herido los ojos del Amor. La Locura no sab�a qu� hacer para disculparse: llor�, rog�, implor�, pidi� perd�n y hasta prometi� ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jug� en la Tierra a los escondidos, el Amor es ciego y la Locura siempre lo acompa�a.

Mario Benedetti

ESE �NGEL


Refiere a una antigua leyenda de un ni�o pr�ximo a nacer que le dijo a Dios:
"me vas a enviar a la tierra, pero como vivir� all� siendo tan peque�o y d�bil"
Entre los mucho �ngeles escog� a uno que te espera contest� Dios,
��pero aqu� en el Cielo no hago mas que cantar y sonreir y eso basta para mi felicidad, podr� hacerlo all�?�..
Ese �ngel te cantar� y sonreir� todos los d�as y te sentir�s muy feliz con sus canciones y sonrisas.

Y como entender� cuando me hablen,
si no conozco el extra�o idioma de los hombres?
Ese �ngel te hablar� y te ense�ar� las palabras mas dulces y tiernas que escuchen los humanos.

��..Que har� cuando quiera hablar hablar contigo�..
Ese �ngel juntar� tus peque�as manos y te ense�ar� a orar.
He o�do que en la tierra hay hombres malos, quien me defender�?�..
Ese �ngel te defender� aunque le cueste la vida
pero estar� siempre triste, por que no te ver� mas Se�or,
sin verte me sentir� muy solo.
Ese angelito hablar� de mi y te mostrar� el camino para volver a mi presencia la dijo Dios.
En ese instante una paz inmensa reinaba en el cielo no se o�an voces terrenales y el ni�o dec�a suavemente:
��dime su nombre, Se�or y Dios le contest�:
Ese �ngel se llama�.. mam�


La mu�eca y la rosa blanca


De prisa, entr� en la tienda por departamentos a comprar unos regalos de navidad a �ltima hora. Mir� a mi alrededor toda la gente que all� hab�a y me molest� un poco. 'Estare aqu� una eternidad; con tanto que tengo que hacer' pens�.
La Navidad se hab�a convertido ya casi en una molestia. Estaba deseando dormirme por todo el tiempo que durara la Navidad. Pero me apresur� lo m�s que pude por entre la gente en la tienda. Entr� en el departamenteo de juguetes. Otra vez m�s, me encontr� murmurando para m� misma, sobre los precios de aquellos juguetes. Me pregunt� si mis nietos jugar�an realmente con ellos.
De pronto, me encontr� en la secci�n de mu�ecas. En una esquina, me encontr� un ni�ito, como de 5 a�os, sosteniendo una preciosa mu�eca.
Estaba toc�ndole el cabello y la sosten�a muy tiernamente. No me pude aguantar; me qued� mir�ndolo fijamente y pregunt�ndome para qui�n ser�a la mu�eca que sosten�a, cuando de pronto se le acerco una mujer, a la cual el llamo t�a. El ni�o le pregunt�:
"�Est�s segura que no tengo dinero suficiente?"
Y la mujer le contest�, con un tono impaciente:
"T� sabes que no tienes suficiente dinero para comprarla."
La mujer le dijo al ni�o que se quedara all� donde estaba mientras ella buscaba otras cosas que le faltaban. El ni�o continuo sosteniendo la mu�eca. Despu�s de un ratito, me le acerqu� y le pregunt� al ni�o para qui�n era la mu�eca. �l me contest�:
"Esta mu�eca es la que mi hermanita deseaba con tanto anhelo para Navidad. Ella estaba segura que Santa Claus se la iba a traer."
Yo le dije que lo m�s seguro era que Santa Claus se la traer�a.
Pero �l me contest�: "No, Santa no puede ir a donde mi hermanita est�. Yo le tengo que dar la mu�eca a mi Mam� para que ella se la lleve a mi hermanita."
Yo le pregunt� d�nde estaba su hermana.
El ni�o, con una cara muy triste me contest�:
"Ella se ha ido con Jes�s. Mi Pap� dice que Mam� se va a ir con ella tambi�n."
Mi coraz�n casi deja de latir. Volv� a mirar al ni�o una y otra vez.
�l continuo: "Le dije a Pap� que le dijera a Mam� que no se fuera todav�a.
Le dije que le dijera a ella que esperara un poco hasta que yo regresara de la tienda."
El ni�o me pregunt� si quer�a ver su foto y le dije que me encantar�a.
Entonces, el saco unas fotograf�as que ten�a en su bolsillo y que hab�a tomado al frente de la tienda y me dijo:
"Le dije a Pap� que le llevara estas fotos a mi mam� para que ella nunca se olvide de m�.
Quiero mucho a mi mam� y no quisiera que ella se fuera.
Pero Pap� dice que ella se tiene que ir con mi hermanita."
Me di cuenta que el ni�o hab�a bajado la cabeza y se hab�a quedado muy callado. Mientras �l no miraba, meti la mano en mi cartera y saque unos billetes.
Le dije al ni�o que contaramos el dinero otra vez.
El ni�o se entusiasmo mucho y coment�:
"Yo s� que es suficiente." Y comenz� a contar el dinero otra vez.
El dinero ahora era suficiente para pagar la mu�eca.
El ni�o, en una voz muy suave, coment�:
"Gracias Jes�s por darme suficiente dinero."
El ni�o entonces coment�:
"Yo le acabo de pedir a Jes�s que me diera suficiente dinero para comprar esta mu�eca, para que as� mi Mam� se la pueda llevar a mi hermanita.
Y �l oyo mi oraci�n. Yo le quer�a pedir dinero suficiente para comprarle a mi Mam� una rosa blanca tambi�n, pero no lo hice.
Pero �l me acaba de dar suficiente para comprar la mu�eca y la rosa para mi Mam�.
A ella le gustan mucho las rosas. Le gustan mucho las rosas blancas."
En unos minutos la t�a regres� y yo, desapersibidamente, me fu�.
Mientras terminaba mis compras, con un esp�ritu muy diferente al que ten�a al comenzar las compras, no pod�a dejar de pensar en el ni�o.
Segu� pensando en una historia que hab�a leido en el peri�dico unos d�as antes, acerca de un accidente causado por un conductor ebrio, el cual hab�a causado un accidente donde hab�a perecido una ni�ita y su mam� estaba en estado de gravedad.
La familia estaba deliverando en si mantener o no a la mujer con vida artificial y maquinas.
Me di cuenta de immediato que este ni�o pertenecia a esa familia.
Dos d�as m�s tarde le� en el peri�dico que la mujer del accidente hab�a sido removida de la maquinaria que la manten�a viva y hab�a muerto.
No me pod�a quitar de la mente al ni�o.
M�s tarde ese d�a, fui y compr� un ramo de rosas blancas y las lleve a la funeraria donde estaba el cuerpo de la mujer.
Y all� estaba, la mujer del peri�dico, con una rosa blanca en su mano, una hermosa mu�eca, y la foto del ni�o en la tienda.
Me fui llorando... mi vida hab�a cambiado para siempre.
El amor de aquel ni�o por su madre y su hermanita era enorme.
En un segundo, un conductor ebrio le hab�a destrozado la vida en pedazos a aquel ni�ito.
Amistad


Hab�a un ni�o que ten�a muy mal car�cter.
Un d�a su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, deber�a clavar un clavo en la cerca de atr�s de la casa.
El primer d�a el ni�o clav� 37 clavos en la cerca pero poco a poco fue calm�ndose, porque descubri� que era mucho m�s f�cil controlar su car�cter que clavar los clavos en lacerca.
Finalmente, lleg� el d�a cuando el muchacho no perd�a la calma para nada y se lo dijo a su padre y entonces el pap� le sugiri� que por cada d�a que controlara su car�cter deber�a sacar un clavo de la cerca.
Los d�as pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya hab�a sacado todos los clavos de la cerca entonces el pap� llev� de la mano a su hijo a la cerca de atr�s y le dijo: "Mira hijo, has hecho bien pero f�jate en todos los agujeros que quedaron en la cerca Ya la cerca nunca podr� ser la misma de antes".
Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como este agujero en la cerca Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar la herida ya qued� hecha No importa cuantas veces pidas disculpas, la herida est� ah� Una herida f�sica es igual que una herida verbal

Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar.
Ellos te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su coraz�n abierto para recibirte Demu�strales a tus amigos cuanto los quieres.